FCO.JAVIER IZARRARAZ. Director operativo / 2019-01-07
Gerardo Martino (Rosario, 1962) será el nuevo entrenador de la
selección de México. Las vidas del Tata, como se conoce al entrenador, y del Tri se cruzaron por primera vez en la ciudad de Maturín, en Venezuela. Era 2007 cuando el estratega rosarino se hacía cargo de la selección de Paraguay y le tocó enfrentar a los mexicanos. Estos, dirigidos por Hugo Sánchez, dieron la sorpresa al continente cuando golearon a los paraguayos 6-0. Martino, con los cuatro meses de trabajo que llevaba en ese equipo, fue atizado por sus estrategias. Todo cambió tres años después, en el
Mundial de 2010, cuando la albirroja mantuvo en las cuerdas a España en cuartos de final. Fue su mejor participación y la de México, en cambio, fue la misma de las últimas siete Copas del Mundo: octavos de final.
Luciendo la vestimenta oficial de la selección mexicana, Martino fue presentado este lunes en los cuarteles del conjunto que liderará los próximos cuatro años. "Tengo un gran agradecimiento por habernos invitado a participar en este nuevo proyecto y por la forma en la que han llevado las negociaciones", ha dicho el argentino durante la presentación en referencia a la forma silenciosa en la que se acordó su llegada. "Siempre he visto a México como una de las selecciones que más ha evolucionado en los últimos 20 años. Veo seriedad en el lugar donde vengo a trabajar", ha subrayado.
El rosarino llega para hacerse cargo del despacho que dejó vacante el colombiano Juan Carlos Osorio, quien evitó firmar una extensión de contrato por un coctel de circunstancias como la xenofobia y desdén de algunos aficionados mexicanos, así como su deseo de emigrar a un club o a dirigir a Colombia. No lo consiguió, aunque sí hacerse cargo de Paraguay, ese país que le dio fama al Tata.
Aquella derrota que sufrió el equipo de Martino ante los mexicanos le volvió un estoico. Tras una estupenda Copa del Mundo en Sudáfrica, llevó a su equipo a la final de la Copa América 2011, que terminó perdiendo frente a Uruguay. Una de sus temerarias y acertadas decisiones fue la de nacionalizar como paraguayos a los argentinos Lucas Barrios, Néstor Ortigoza y Jonathan Santana. En 2012, el Tata decidió hacerse entrenador del equipo que le erigió como ídolo al ganar tres Ligas: Newell’s Old Boys. Sacó del pozo del descenso a su viejo club y, cual cuento argentino, terminaron ganando la Liga y las semifinales de la Copa Libertadores.
fuente:https://elpais.com/deportes/2019/01/07/actualidad/1546822988_547546.html